Buenos Aires y el paco

El 23 de junio próximo de 15 a 18 horas en el Hotel Bauen, Av. Callao 360, con entrada libre tendrá lugar una jornada preparatoria del “Encuentro Territorial Latinoamericano sobre Riesgo Social” en la que se analizará la problemática del consumo de pasta base de cocaína. Un mensaje alerta sobre sus implicancias.l

Mensaje del Movimiento de Madres en Lucha

Las políticas de acumulación y concentración de capitales, a costa de la exclusión de gran parte de la población han provocado el deterioro de los lazos sociales, quedando en situación de desamparo y abandono ante cualquier posibilidad de inserción social y comunitaria.

Esto ha quedado en evidencia cuando se analizan problemáticas como la del consumo de pasta base de cocaína (paco), que matan a nuestros niños y jóvenes —aunque también podría mencionarse el alcoholismo, la violencia familiar, la prostitución infantil, los chicos en situación de calle, la desnutrición, el trabajo de menores, el gatillo fácil, etc.— Es por eso que consideramos que el desafío es doble. Por un lado en la urgencia, responder específicamente desde las áreas técnicas correspondientes (salud, educación, seguridad, etc.), como así también —en el corto y mediano plazo— responder con propuestas que promuevan el fortalecimiento del lazo social, siguiendo el camino de aquellos que ante el abandono lograron sobrevivir en la unidad de la lucha.

La relación entre el Estado, a través de sus efectores, y la población nunca ha podido superar la barrera del impedimento burocrático. Esto no es simplemente un escollo operacional, sino que representa la evidencia misma respecto de la ruptura del lazo social acaecida en nuestro continente de la mano del neoliberalismo.

Así de fragmentada como quedó la sociedad, imbuida con el triunfo del individualismo, del “sálvese quien pueda”, donde cada semejante era un posible “competidor” respecto de las exiguas posibilidades laborales —similar al “enemigo” promovido por las dictaduras militares— también quedó desarticulada la respuesta del estado.

En este contexto, cada jurisdicción resuelve solamente lo que le corresponde, en el mejor de los casos, atomizando de este modo la respuesta del estado en su conjunto. Es así como la población va saltando de isla en isla, en donde el éxito, siempre dudoso, depende del azar o la fortuna individual, que muy pocos alcanzan; es el sistema perverso que deja caer en el camino a la mayoría. En esta discontinuidad la problemática del paco no sólo se instala sino que además se reproduce.

Y de este modo participa de la categoría de riesgo social. De “eso no se habla”, porque avergüenza, porque hay toda una cultura que señala como culpables a los padres de los adictos, y al adicto como delincuente o enfermo: la estigmatización de la víctima. Similar a los casos de abuso sexual o de gatillo fácil. Entonces se desconoce, hasta que “me” pasa. Por la misma razón no participa de estadísticas.

Nadie quiere involucrarse con algo que no está reconocido oficialmente. Entonces los ingresos en los hospitales son por afecciones asociadas: broncoespasmos, epilepsias, paro cardio respiratorio, crisis alérgica, etc.

Una vez más la respuesta posible viene de las organizaciones sociales y territoriales. Con memoria de organización y lucha son las madres y los jóvenes los sectores más dinámicos. Ellos muestran con su quehacer cotidiano que no hay respuesta suficiente sino se articulan los recursos, sino se instala la temática en la opinión pública: sino empezamos a tejer nuevamente la urdimbre del tejido social desbastado. Son las madres las que se organizan y salen a luchar por la vida de los pibes del barrio, muchas veces sin que sea el propio. Son los jóvenes quienes se movilizan para no perder a sus amigos.

De este modo no se culpabiliza a los individuos (si la derecha culpa a los niños y adolescentes, desde posturas “progresistas” se culpa a los padres) sino que se empiezan a ensayar y a pensar las políticas y las estrategias aptas para que los adolescentes, en su pasaje de lo endogámico (familia) a lo exogámico (una sociedad que excluye a millones de seres humanos), no pierdan la vida en el intento. Pues se constata que más que las diferencias entre las familias, pesan las diferencias territoriales. Tanto en el daño que la pasta base ocasiona, como en la efectividad de los tratamientos.

Movimiento de Madres en Lucha
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