Incendios en las islas del Paraná

Acusan a los gobiernos nacionales desde la decada del 90 hasta el presente por la expansión de la soja, al sector privado por actuar con irresponsabilidad y sin límite para expandir sus ganacias y al Gobierno de Entre Ríos por el descontrol en arrendar tierras fiscales para la explotación ganadera.En un documento que suscribieron el martes 22, en coincidencia con el Día Internacional de la Tierra, un grupo de organizaciones ecologistas analizan las causas próximas y remotas detrás de los incendios en los humedales del Delta, que aún no se han podido extinguir, y que tantos inconvenientes causaran en grandes urbes como Buenos Aires y Rosario por el humo que cubrió las ciudades y en las rutas por los accidentes fatales debido a la baja visibilidad.

Greenpeace, Taller Ecologista (Rosario), Fundación Proteger (Santa Fe), Fundación M´Biguá (Paraná), Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Ala Plástica y el Centro Centro Ecologista Renacer suscriben el documento titulado “Los incendios en las islas del Paraná son otra consecuencia de la expansión de la soja

Ante la magnitud del desastre provocado en las islas, responsabilizan a todos los sectores comprometidos. “El Estado nacional desde los 90’ hasta la actualidad —afirman— ha sido fundamental” Señalan que no es sólo por la promociòn y respaldo al actual modelo agropecuario sino también “por la falta de reacción adecuada frente al daño ambiental”, en cuyo sentido también encuentran responsables a los gobiernos de Entre Ríos, Buenos Aires y Santa Fe. “También cabe señalar la responsabilidad del sector privado, que ha estado actuando con irresponsabilidad y sin límite alguno en busca de expandir sus ganancias”.

Una gran cuota de responsabilidad le cabría al Gobierno de Entre Ríos por su política de conceder arriendos en tierras propiedad del Estado Provincial, sin restricciones. El “descontrol ha sido activamente favorecido por el Gobierno de la Provincia de Entre Ríos, el cual en menos de un año otorgó 153 arrendamientos en las islas fiscales en el departamento de Victoria por 110.684 hectáreas destinados a actividades agropecuarias” afirman.

Si bien la magnitud de lo ocurrido estas semanas no tiene antecedentes —señalan en otra parte del documento— no significa que no hayamos tenido señales que lo anticiparan. En 1996, a tan sólo un año de la liberación de la soja transgénica en nuestro país, la ciudad de Rosario fue testigo de las primeras lluvias de cenizas producto de la quema de pastizales y bosques en las islas, lo que a partir de 2004 se convirtió en una constante para los municipios de la ribera del Paraná, desde el Delta hasta Formosa“.

Más información
Texto completo del documento de las entidades ecologistas

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