Pirotecnia y fiestas de fin de año

RECOMENDACIONES ANTE AUSENCIA DE MEDIDAS DE FONDO

Como el pan dulce y la sidra, los artículos de pirotecnia recreativa son de consumo estacional: comienzan a demandarse en diciembre y la venta alcanza su pico máximo en Nochebuena y Año Nuevo. La costumbre está tan arraigada que una Navidad sin cohetes y cañitas voladoras resulta tan deprimente para el imaginario colectivo como una mesa sin pan dulce ni sidra.

Quizá por ello resulte tan difícil regular su uso con medidas de fondo que eviten las desagradables consecuencias derivadas de su uso: todos los años, el Hospital Santa Lucía informa de un alto número de pacientes con daños severos a la vista y otros nosocomios de serias quemaduras como resultado de la manipulación de cohetes y otros elementos explosivos. Hay personas que perdieron dedos y ojos por el estallido de artefactos de pirotecnia y no son infrecuentes los episodios de quemaduras graves en casos de quienes llevaban esos artefactos en los bolsillos.

Sin embargo, la única medida sensata para evitar accidentes sería la prohibición lisa y llana de comercializar artículos de pirotecnia al público, reservando su uso y manipulación a profesionales matriculados, de la misma manera que se hace con otros elementos explosivos como el gas domiciliario. Pero, ni esa medida radical ni otra cualquiera que tienda a mitiigar las consecuencias de accidentes se han encarado en la Ciudad. Por su parte los legisladores tampoco han hecho intento alguno de pasar una ley que regule el uso de pirotecnia.

Otra de las consecuencias, no tenida habitualmente en cuenta, es el daño sonoro de cohetes y otros elementos explosivos que perjudican más a niños, ancianos, personas enfermas y mascotas, quizá por sus consecuencias menos dramáticas que la pérdida de la vista o quemaduras extensas en la piel y por la dificultad en cuantificarlos.

Algunos datos a tener en cuenta

En la Ciudad de Buenos Aires está prohibida la venta de artículos de pirotecnia que no identifican su procedencia (fabricante, importador, número de registro); los de fabricación clandestina; los que poseen riesgo de explosión en masa (por ejemplo: rompeportones); los de trayectoria incierta (Por ejemplo: buscapiés); los que poseen sustancias prohibidas combinadas en la composición química de la mezcla pírica con otras sustancias.

¿Cómo reconocer artículos cuando son ilegales?
Debe tener la leyenda “Autorizado por el RENAR”, o en su defecto “Autorizado por la DGFM”. Además debe tener la inscripción del número de registro que corresponde y datos del fabricante o importador del artificio.

¿Qué se encuentra terminantemente prohibido?
Vender artificios pirotécnicos que no estén debidamente registrados; fumar en el sector de venta y/o almacenamiento; vender pirotecnia a menores de 16 años; almacenar material al alcance de terceros; almacenar pirotécnia cerca de materiales inflamables, fósforos, encendedores, calentadores, estufas.

¿Las estrellitas y bengalitas para chicos son seguras?
La pirotecnia siempre tiene riesgos. Las chispas pueden prender fuego la ropa y causar heridas en los ojos.

¿Qué pasa cuando un producto no explota?
Jamás deben tocarse, aunque parezca que la mecha está apagada.

¿Qué tipo de pirotecnia es menos riesgosa?
La que privilegia el color y la luz sobre el ruido de estruendo. Los productos sonoros –como petardos, baterías, foguetas de tres tiros— son más peligrosos por su poder detonante.

¿Qué peligro tiene encender una mecha corta?
Un petardo con una mecha de un centímetro, por ejemplo, no da tiempo a la persona para alejarse luego de encenderla.

¿El ruido de la pirotecnia afecta el oído?
Sí, provoca lesiones. Uno de sus efectos es la percepción de zumbidos luego de la detonación, que va disminuyendo pero no desaparece totalmente. Los niños están más expuestos, porque su sistema auditivo es más vulnerable.

¿Los petardos pueden colocarse en una botella o lata?
No. Antes de encenderse los explosivos tienen que estar en el suelo, sin apuntar a personas, animales o árboles.

Recomendaciones del Ministerio de Salud

Una gacetilla de prensa distribuída por el Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires advierte acerca del uso de cohetes, luces de bengala, estrellitas, cañitas voladoras, buscapiés, rompe portones y bombas de estruendo. Califica a estos elementos de “potencialmente peligrosos, sean autorizados o clandestinos”.

Recomiendan evitar su uso, y si se compra chequear que sean productos autorizados por el RENAR y encenderlas en espacios abiertos y alejado de personas. “Los niños no deben comprar ni usar pirotecnia, no guardarla en los bolsillos, no arrojarla contra muros, cajas de luz o de gas, no utilizarla dentro de botellas o latas” dice el comunicado. Advierte también sobre incendios, quemaduras y/o mutilaciones que pueden “generar secuelas psicológicas y físicas y, en algunas oportunidades, correr riesgo de vida”

Producido un accidentes, hay que tener en cuenta:

  • Si se prende la ropa se debe sofocar el fuego envolviendo al accidentado con una manta o haciéndolo rodar por el suelo. Nunca debe caminar y menos correr.
  • Lavar la zona lesionada con agua fría o helada, disminuye el edema y calma el dolor.
  • Nunca colocar cremas, pomadas, ungüentos caseros o medicinales.
  • Cubrir la zona afectada con paños limpios, toallas o sábanas.
  • Concurrir al centro médico más cercano.
  • En caso de accidentes con compromiso ocular, no tocar ni realizar ninguna maniobra sobre los ojos.
  • Cubrir el ojo afectado con una gasa y concurrir a un centro oftalmológico lo más rápido posible.

Dónde acudir

Hospital Santa Lucía, Avenida San Juan 2021
Hospital Lagleyze, Avenida Juan B. Justo 4151
Hospital de Quemados, Pedro Goyena 369
SAME: Ambulancias del GCBA, número de teléfono 107

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