Desalojos masivos en La Boca

DENUNCIAN ESPECULACIÓN INMOBILIARIA

Sólo en el barrio de La Boca hubo 1.106 desalojos en 2016, según el Observatorio del Derecho a la Ciudad. En el barrio hay 400 trámites de desalojos mensuales.

Las ONGs Grupo de Vivienda y Hábitat, que integra la multisectorial La Boca Resiste y Propone, y el Observatorio del Derecho a la Ciudad informaron que en el último año fueron expulsadas del barrio 1106 personas y entre febrero y marzo otras 64 familias serán desalojadas.

Denuncian que detrás de este panorama hay una fuerte especulación inmobiliaria, relacionada con el Distrito de las Artes que, al igual que el Tecnológico de Parque Patricios, condona impuestos a las firmas que allí se asienten.

Según informa el Observatorio del Derecho a la Ciudad, tras la aprobación de la Ley del Distrito de las Artes, Ley N° 4.353, (un paraíso fiscal para promover los negocios inmobiliarios y la expulsión de los habitantes del barrio) los desalojos se multiplicaron, generando el último año la expulsión de 1.106 ciudadanos.

El desarrollo de la zona sur impulsado por el Gobierno del Pro constituye, para las familias que viven en La Boca, la expulsión de sus hogares, ya sea por los desalojos o por el aumento del costo de vida.

El Gobierno de la Ciudad no cumple la ley N° 2.240 ni el art. 29 de la Ley N° 4.353 (de creación del Distrito de las Artes) que dispone que el GCBA deberá atender la situación de vulnerabilidad social en la zona, relevando la necesidad de soluciones habitacionales, y disponer acciones direccionadas a facilitar la permanencia de las familias radicadas actualmente en el Distrito de las Artes.

Ninguno de estas obligaciones son respetadas ni tampoco se adoptan medidas para garantizar el derecho a la vivienda digna y a la radicación definitiva de las familias en el lugar donde han vivido durante años.

El impulso al mercado inmobiliario no sólo ha sido a través de la creación del Distrito de las Artes, sino también a través de la venta de tierras públicas como las de Casa Amarilla y las fuertes inversiones para favorecer a un grupo de inversores y propietarios aunados en lo que llaman el Consorcio del Distrito de las Artes.

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