Baldosa recuerda a los padres del nieto 116

Una baldosa recordatoria con los nombres de Ana Rubel y Hugo Alberto Castro, militantes populares detenidos y desaparecidos -y cuyo hijo, Jorge Castro Rubel, recuperó su identidad la semana pasada- será colocada hoy en un acto recordatorio que se realizará en la calle Camargo 288 de la Ciudad de Buenos Aires donde vivió la pareja hasta ser secuestrada, víctima del Terrorismo de Estado.

“Junto a su hijo, recientemente recuperado (nieto 116) sus familiares, artistas solidarios, y sus compañeros y compañeras de militancia” participarán del acto que comenzará a las 13. La convocatoria está firmada por Barrios por la Memoria y Justicia Villa Crespo.

“Ani” era la menor de tres hermanos que crecieron en Resistencia, Chaco. Sus padres, inmigrantes polacos, se conocieron en la Argentina, y por motivos políticos, él debió cambiar su verdadero apellido –Kleinberg– a Rubel.

La hermana de Ana recuerda que cuando eran chicos iban a la plaza a fumar a escondidas y luego masticaban hojas de eucaliptus “para que no se sintiera el gusto ni el olor del cigarrillo”.

Ana era “interesantemente silenciosa”, le gustaba el cine, la música clásica, Cortázar y García Márquez, solía leer filosofía, Fanon y Proust. Estudió Economía y le faltaban dos materias para recibirse cuando se fue a Buenos Aires, para trabajar como obrera en una fábrica.

En tanto, Hugo Alberto Castro, “el Cabezón”, creció en La Lucila.

“Gesticulaba, era de mover mucho los brazos. Tenía un carácter fuerte, iba al frente manteca. Era muy

callejero y en casa estaba poco”, recuerda su hermano mayor. Su padre había fallecido cuando ellos eran chicos.

A Hugo le gustaba cocinar, “hacía mezclas raras, a veces salían ricas, otras no tanto”. Comenzó a estudiar Arquitectura en la UBA y luego dejó la carrera para ir a trabajar como obrero de la fábrica Ford.

Ana y Hugo se conocieron cuando ambos militaban en la FAL Bruno Cambareri. Estaban felices porque iban a ser papás.

“Hugo vino a buscar unos libros sobre embarazo porque con Ana querían leer, saber cosas para cuando naciera el bebé”, recordó su cuñada.

Entre el 15 y el 17 de enero de 1977, fueron secuestrados y llevados al Centro Clandestino de Detención ESMA.

Él tenía 25 años, ella 27 y un embarazo de dos meses. Allí dio a luz a un varón sietemesino en junio. Según relató una sobreviviente, luego del parto Ana lo sostuvo sobre su pecho.

La semana pasada, ese joven que fue dejado en la ex Casa Cuna por dos hombres desconocidos y adoptado luego por una familia, Jorge Castro Rubel, recuperó su identidad.(Fuente: Telam)

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