LA AMENAZA DE LAS PAPELERAS EN LA PATAGONIA

Por Lucas Chiappe, Coordinador del Proyecto Lemu, Epuyen-Chubut

Hola amigos:

Como muchos de ustedes saben, a lo largo del tiempo he escrito una gran cantidad de notas referidas de una u otra manera al más precioso de los líquidos que fluyen por este planeta azul: el agua. Y por supuesto esto no es casualidad, ya que del tratamiento y cuidado que le brindemos a este precioso bien natural, residirá la posibilidad de sobrevivir para la mayoría de los 30 millones de especies diversas que poblamos la Tierra.

Enfocando desde temas locales como los negociados que se esconden tras la supuesta «reparación» de los ríos y arroyos del N.O. del Chubut; pasando por el nuevo auge de los mega-proyectos hidroeléctricos que toman en la mira ambos lados de la cordillera; hasta el gravísimo conflicto internacional desatado por el tema de las papeleras… que en realidad, no es más que «el último peldaño» de un negocio forestal iniciado hace 20 años atrás en Uruguay… y que se pretende repetir en todo el territorio patagónico!!!

Hace pocos días atrás alguien les decía a los vecinos indignados por la posible instalación de las papeleras en Fray Bentos: «-Tarde piaron muchachos…» Y en alguna medida tenía razón… aunque la razón de ese silencio hay que buscarla en el prolijo ocultamiento de las pruebas que siempre indicaron (desde que se instaló la primera planta de producción de pulpa de celulosa en 1929 en nuestro país) que ese tipo de industria es de las más contaminantes y nefastas que existen…

Y es justamente porque no queremos que esta situación se vuelva a repetir en la Patagonia, que le hemos brindado tanto espacio al tema de las plantaciones de pinos en todas las ediciones del “Proyecto Lemu”, en el marco de una campaña que lanzamos para informar sobre el riesgo que implica ese tipo de monocultivo forestal.

Esto me ha ocasionado un enfrentamiento constante con muchos funcionarios, empresas forestales, docentes e Ingenieros Forestal y un montón de pobladores que negaron sistemáticamente estas preocupaciones, tildándome de alarmista o eco-fundamentalista.

Sin embargo, el tiempo fue dándonos la razón y aunque en un principio sólo fueron aceptados los argumentos esgrimidos en contra del reemplazo de los bosques nativos por las plantaciones de pinos, ahora finalmente muchos comienzan a comprender que las advertencias ante el avance de los monocultivos forestales, encerraba una serie de respuestas bien fundamentadas para refutar las mentiras oficiales con los que se ha favorecido los intereses económicos corporativos: “… Que Las plantaciones forestales ayudan a mejoran el ambiente, que sirven para contrarrestar el efecto invernadero, que son mucho más productivas que los bosques etc. Argumentaciones creadas a medida del bolsillo de las empresas, mientras en realidad lo que ocurre es que nosotros (como Estado) las subsidiamos enteras desde el plantín hasta las podas con créditos que pedimos a la banca internacional…Mientras ellos (los empresarios) proclaman que “invierten” (en realidad no desembolsan un peso) y pregonan que crean empleos (la cantidad de horas hombre que necesita una plantación es bajísima), además en breve van a comenzar a “cobrar” los famosos bonos verdes y cuando finalmente llegue el momento de la cosecha, tampoco van a pagar ningún aforo ya que las especies “exóticas” han sido exentos de ese mínimo impuesto… para “incentivar las inversiones”!!!

En definitiva, es evidente que de seguir subsidiándole a los Bennetton (sólo por dar un ejemplo burdo) el costo de sus plantaciones, como hicieron en Uruguay desde los ’80… dentro de pocos años nos vamos a encontrar en las mismísimas circunstancias que hoy atraviesan los vecinos de Gualeguaychú.

No me canso de recordar, que en el año 1989, presenciamos el aterrizaje por estos cerros de una comitiva de empresarios canadienses, que fueron invitados a retirarse de la Municipalidad de Epuyén, cuando mencionaron un eventual proyecto para la instalación de una papelera en las costas del lago (en ese entonces ejercía el poder el único gobierno municipal independiente que conocí: el “Frente de Epuyén”)…

Y tampoco me canso de mencionar, al calor del debate en Entre Ríos, que a pesar del rechazo terminante que recibieron aquí, esa misma «comisión de exploradores norteños» fue recibida el día siguiente por el entonces intendente y varios concejales de El Maitén, quienes en cambio les ofrecieron las «bondades» del Río Chubut que atraviesa esa localidad, para poner su gran flujo de agua al servicio de semejante industria contaminante…

Por último vuelvo a recordarles que el Centro de Investigaciones Forestales Patagónico (CIEFAP), instalado con la ayuda de capitales alemanes y el aporte de las 5 provincias en la ciudad de Esquel, sigue estimulando e impulsando (junto a varios dirigentes y empresarios), una absurda “cruzada” que tiene como fin: Plantar 1 millón de Hectáreas de pinos en la meseta chubutense.!!!

Y OJO porque hay algunos, como el mencionado holding italiano, que entendieron que este negocio va en serio: Para corroborarlo alcanza con tomar un vuelo del Aeroclub de El Bolsón, sobrevuele esa estancia y podrá observar hasta donde le alcance la vista que: “Si” el temido Sirex Noctilius (avispa barrenadora de los pinos, que ya afecta el 60 % de las plantaciones del N.O. chubutense), algún incendio o la sequía no acaban con los miles de Has. de Pino Ponderosa ya plantados a ambos lados de la Ruta 40… en poco tiempo más vamos a escuchar consternados el anuncio de algún futuro gobernante auspiciando “-… La instalación de una papelera, que va a brindar empleo y progreso para la zona”… y entonces ustedes o sus hijos, van a gritar su frustración contra las murallas de alguna corporación italiana, alemana, canadiense, española o finlandesa… que simplemente le va a responder: «-Tarde piastes ñato…»

Paradójicamente este impresionante conflicto desatado por los pobladores del Río Uruguay debería servirnos para que todos comprendamos como operan las corporaciones transnacionales… preparando el terreno muchos años antes de desembarcar con sus proyectos mineros o forestales… y ojalá sirva para que no se repita esa dolorosa experiencia en la Patagonia… Un territorio cada vez más codiciado y en la mira de los especuladores extranjeros y de los entregadores vernáculos.

Justamente para que esto no nos vuelva a suceder en este país desmemoriado es que adherimos solidariamente a este Grito Nacional … para que nadie pueda decir después que no sabía nada del tema.

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