Más de 70 técnicos en 4 ciudades participarán del lanzamiento del SAOCOM 1B

Más de 70 técnicos y científicos argentinos de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), la empresa rionegrina Invap y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) distribuidos en el centro espacial de Cabo Cañaveral, la sede de Conae en la ciudad de Buenos Aires, la planta de Invap en Bariloche y el Centro Espacial Teófilo Tabanera en Córdoba, trabajarán para monitorear el lanzamiento del satélite SAOCOM 1B, previsto para fines de julio.

La puesta en órbita de este satélite de observación, postergada por la pandemia de coronavirus, estará a cargo de un cohete Falcon 9 de la empresa estadounidense SpaceX.

El equipo de técnicos y científicos trabajarán separados por miles de kilómetros, mientras supervisan delicadas tareas como el lanzamiento o el despliegue de la antena de más 35 metros cuadrados que porta el satélite.

El director Ejecutivo y Técnico de la Conae, Raúl Kulichevsky, contó a Télam que “además de las 18 personas que viajamos, está la gente del centro de operación de misión SAOCOM, que tiene que trabajar en turnos especialmente en los primeros días que son los más difíciles y en los que hay que prestar atención a absolutamente todos los detalles, además de controlar el despliegue de los paneles de la antena SAR (Radar de Apertura Sintética, por su sigla en inglés)”.

“Estos paneles se abren de a uno por vez cada vez que el satélite pasa por encima de la estación terrena de Córdoba, en ese momento se le envía un comando para que abra un panel y se espera que el satélite vuelva a estar en visibilidad para analizar todos los parámetros; para eso necesitamos gente de Conae, de Invap, de la UNLP que son los que diseñaron el control térmico de la antena”, añadió.

Kulichevsky detalló que “vamos a tener unas 15 personas en nuestras oficinas de Conae en la calle Paseo Colón, unas 20 personas en Invap en Bariloche y otras 10 de Invap que se van a sumar a nuestro equipo en la base terrena de Córdoba”.

“Así que podríamos decir que va a haber unas 70 personas controlando todos los parámetros del satélite durante los primeros días”, subrayó.

El ingeniero ponderó que “existen muy pocos satélites con una antena radar en Banda L y la Banda esta asociada al tamaño, quiere decir que hay muy pocos satélites con una antena del tamaño de la de los SAOCOM”.

“Obviamente -explicó-, eso hace que haya que desplegar una estructura tan grande y que en este caso está conformada por siete paneles que tienen que quedar ensamblados perfectamente porque entre dos puntos de la antena no puede haber una diferencia mayor a 25 milímetros”.

“Hay que imaginar una gran mesa de 10 metros de largo por 4 de ancho dividida en siete paneles que cuando se unan en el espacio, orbitando a 620 kilómetros de la tierra y a 27.000 kilómetros por hora, tiene que quedar perfectamente plana”, enfatizó.

Kulichevsky explicó que “las distintas bandas en las que trabajan los satélites señalan entre otras cosas las características de profundidad de penetración por debajo de la superficie del suelo, porque con el SAOCOM no sólo podemos tener imágenes de la superficie, sino de lo que está por debajo hasta dos metros de profundidad de acuerdo a las condiciones del suelo”.

“Eso nos sirve para medir la humedad del suelo por debajo de la superficie que es un parámetro muy importante para la agricultura, la decisión de trabajar con una antena SAR de estas características estuvo motivada por las necesidades del agro”, finalizó.

 

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