Acerca del control vial de drogas a conductores

A PARTIR DE JULIO 2010 EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Por Patricia Colace *

La implementación desde el mes de julio de controles viales de drogas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha despertado muchas quejas; fundamentalmente desde el ámbito médico -por el tema de las benzodiazepinas- y desde la sociedad civil, por una posible mala ejecución del procedimiento.La asociación civil Luchemos por la Vida -ONG ocupada en cuestiones de accidentología vial- expresa que “la Ley de Tránsito vigente no dice que sea impedimento para conducir el consumo de drogas, sino cuando disminuyan la aptitud para conducir”; o sea, reclama que no se mida la presencia o no de droga si no que use el concepto de “deterioro” para evaluar, como muchos países de Europa. “Resulta sin sustento legal la afirmación de los funcionarios de tolerancia cero de cantidad de droga en el organismo, menos aún en el caso de las drogas legales incluidas en los medicamentos, donde ningún conductor tiene por qué saber el contenido de los mismos y resultaría a todas luces manifiestamente injusto sancionar a un enfermo al volante por conducir bajo los efectos de una droga contenida en un medicamento prescripto por un médico, cuando no haya sido advertido por el profesional sobre sus posibles efectos en la conducción, algo muy frecuente”.

Las objeciones médicas tienen dos ejes. El primero, el que la idea de la prohibición o no de manejar bajo los efectos de un medicamento no debería ser una discusión social o de seguridad, si no que es sanitaria y pertenece a la medicina; por lo que si un médico receta en conciencia de que su paciente puede manejar la ley no debería impedírselo. El segundo, tiene que ver más con la farmacología de las benzodiazepinas y sus usos y efectos: Muchas benzodiazepinas se utilizan en el alivio del dolor y la relajación muscular, y no producen deterioro en el manejo; personas que sufren ciertas lesiones o enfermedades crónicas muy dolorosas -y que manejan perfectamente- se verían obligados o bien a no conducir o a manejar con dolores (con lo que seguramente serán mas peligrosos). Por otra parte, en el caso de muchas medicaciones de benzodiazepinas recetadas en el ámbito de la salud mental, que tienen que ver con casos -por ejemplo- de tics o ansiedades contracturantes, es justamente el medicamento el que permite al paciente manejar; sería mucho mas peligroso sin él.

Basados en la amplia investigación y experiencias existentes, y aún sin considerar los dos puntos anteriores -una reglamentación poco sólida y una determinación de sustancia/dosaje discutible- podemos afirmar que los controles viales de drogas en la Ciudad no están siguiendo el curso correcto.

Los instrumentos elegidos para las tomas de muestras no tienen valor probatorio en ninguna parte del mundo y han sido expresamente desrecomendados para este rol, utilizándoseles solo como primer examen; ni un pupilómetro ni un reactivo por saliva indican de manera absolutamente eficaz la presencia o concentración de una sustancia en la sangre. Debería instrumentarse una reglamentación y un procedimiento que contemplara la realización de un test de confirmación in situ en caso de positivos, siquiera repitiendo el primer análisis de saliva. Es inaceptable la aceptación de un positivo obtenido mediante pruebas realizadas con dispositivos que no emiten resultados concluyentes.

Si consideramos el costo de cada pupilómetro, estamos en condiciones de afirmar que, siendo que no dista demasiado del costo de una camioneta para realizar muestras de orina, el gobierno debería reconsiderar su plan e instaurar controles de saliva y orina conjuntos -como en la mayoría de los países-, que brindarían auténtico valor legal y científico al procedimiento.

En las condiciones actuales, también es impropio que la reglamentación obligue a pagar los gastos del análisis de confirmación al conductor, ya que es muy posible que aquel que resulte positivo por benzodiazepinas debido a una medicación -por ejemplo- no tenga conocimiento alguno de esta condición y honestamente pida una segunda prueba. Aún cuando mas tarde el juez lo declarara inocente, él debió correr con los gastos de una confirmación que debería corresponderle como derecho.

Más información
Informe Control Vial de Drogas

*Directora Unidad de Seguimiento de Políticas Públicas en Adicciones

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